Estos días hablaba con otras madres, de cuando nos toca de manera obligada separarnos de nuestros hijos, de manera lógica, podemos sentir al principio una enorme tristeza.
Aunque al principio nos cuesta acostumbrarnos a la nueva vida con ellos, e incluso llegamos a sentir un gran vértigo por la falta de control. Una vez que conocemos a nuestros pequeños, nos hacemos a sus rutinas, incluso somos capaces de comunicarnos con ellos, aunque sigan apareciendo momentos de dificultad, nos hacemos a la nueva vida con ellos, y ahora lo difícil es cambiarla de nuevo, y hacernos a la idea de volver a una rutina sin ellos, a que no estén cerca nuestro durante todo el día.