Katia es una niña de 12 años que vive en Villa las Estrellas, una Villa de alrededor 100 habitantes en la provincia Antártica Chilena. Un sitio bastante aislado por sus características geográficas.
A pesar de eso tiene una belleza especial, porque sus días nunca son iguales, sus duraciones varían mucho durante el año, a parte de que les rodea el paisaje tan peculiar que les ofrece la Antártida.
Sé que este post os va a sonar a poco optimista e incluso llegando a ser pesimista, me gusta más pensar que atiende más bien a una realidad, porque en Navidad no todas las luces brillan, y también a veces escribimos influenciados por una situación, un estado de ánimo o simplemente un idea surgida en cualquier momento.
Trabajo a diario con niños y cuando llegan fechas señaladas del año para ellos como Halloween, Navidad, y otras tantas dependiendo de donde vivamos, comienzan los comentarios, comienzan las horas interminables escuchando cosas relacionadas con la festividad que corresponda, por supuesto, toca hacer mil manualidades, dulces, galletas sobre dicha festividad, y claro no podemos olvidar los queridos disfraces para las fiestas que se organizan en el colegio, barrio, ciudad, que si no tenemos la suerte de encontrarlos en las tiendas toca hacerlos a mano, para quien de verdad se le de bien esas cosas (a mí ponme todas las manualidades que quieras que la costura no es lo mío).
Actualmente, los padres andamos tan ocupados con nuestras vidas tan estresantes, que pocos se paran a observar como juegan sus hijos, y llegado el momento de tener que elegir los regalos para Reyes por ejemplo, nos volvemos locos buscando regalos porque no sabemos qué es lo que les gusta de verdad.