Somos seres sociales, vivimos inmersos en una sociedad que en la mayoría de los casos dicta nuestra forma de vestir, hablar, escuchar música, la manera general de comportarnos, etc.
Estamos expuestos a una contínua evaluación por parte del resto, ya que aún siendo una actitud reprobable, nos pasamos la vida mirando de reojo al vecino y juzgándolo.